HISTORIA INSPIRADA EN UN TEMA MUSICAL
http://youtu.be/n90sRQFUvN0

RAÚL MARÍN NAVARRO
Una amenaza surgió a mitad del S. XX, el miedo y el terror. Las naciones libres se vieron amenazadas por el mal.
Una gran guerra se originó en la tierra. Las tropas de las naciones libres lucharon encarnizadamente por toda la tierra. El mal pisaba fuerte.
Varias de las naciones libres, aliadas y bajo una sola idea e intención (liberar al mundo de las tinieblas), pidieron ayuda a otra nación muy fuerte.
Juntos empezaron la gran cruzada, el día D. Lucharon encarnizadamente por derrocar al mismísimo Lucifer.
Hasta que un día se enfrentaron en una batalla final donde se lo jugaban todo: la libertad y la vida. Así pues, una gran batalla se libró, donde el triunfo fue para las naciones libres... Y la paz volvió a la tierra.
LORENA PONCE MARTÍNEZ
Erase una vez un pueblo muy rico y muy caótico a la vez. En ese pueblo había empezado una guerra entre caballeros, pues el emperador había aprobado una ley que a nadie le gustaba. Además estos caballeros pertenecían a la antigua corte del Rey Arturo, en sus tiempos.
En cada batalla que ganaban conseguían que el emperador fuera un poco más compasivo, pero para eso debían derramar mucha sangre. Esto también perjudicaba al pueblo, y por lo tanto cuando todo parecía
acabado apareció un mago. Este les aconsejó que lo que tenían que hacer era aprovechar lo rico que era el pueblo para poder comprar al emperador, ya no en cosa material pues de eso él ya poseía de sobra, si no en sabiduría. Eso hicieron y así consiguieron lo que querían y el pueblo vivió en paz durante mucho tiempo.
LUÍS FRANCISCO BLAS REDONDO
La melodía me hace imaginar los instantes previos a un duelo entre dos caballeros medievales montados a caballo, que van con sus largas lanzas y sus corazas a embestir el uno contra el otro.
La música transmite los sentimientos que experimentan los dos caballeros antes del momento en que ambos van a reñir su duelo final.
Ansias de victoria, el auténtico sabor de la vida, el saber que pueden ser tanto vencedores como vencidos; el saber que ese puede ser el momento último de sus vidas, que pueden tanto ser coronados como vencedores y héroes como muertos y pasto de los buitres sin pena ni gloria ninguna.
¿Quién vencerá? ¿Quién será vencido? ¿Quién vivirá la gloria? ¿Quién morderá el polvo? Esta incertidumbre del resultado final, estos instantes previos a la lucha, unen, sin ellos saberlo, a ambos caballeros. Los sentimientos tan intensos que ambos experimentan, les unen a ambos. Sus caminos se cruzan una única vez en la vida, y es para siempre... Ambos están unidos en sus destinos. El destino del héroe, el destino del vencido. Los dos son héroes y valientes sin ellos saberlo. Al final, reinará la paz total en sus almas.
PEDRO MARÍN ONDOÑO
La música me hace imaginar una casa de hadas donde vive un viejo0 duende de no mas de un metro de alto, nariz respingona y regordete. Es una casa llena de luces, con un gran telescopio para ver las estrellas llenas de luciérnagas, que es lo que eran esas luces. Además, le acompaña un gran perro muy jugueton que le servía de compañía y el cual pasaba todo el día mordiendo un hueso.
Se decía que por las noches el duende danzaba lleno de fantasías y jugaba con las luciérnagas que todo lo iluminaban. Se decía que era para invocar a todas las brujas de los montes del sur, del este y el oeste. Y así era como el duendecillo pasaba todas las noches danzando.
PEDRO ANGEL MESEGUER
Cuando los Dioses del Olimpo castigaron a los hombres con la privación del fuego, los hombres caminaron por lugares oscuros, recorrieron zonas inhóspitas y vivieron sumidos en la oscuridad. Pero, un día Prometeo llegó al escondite de los Dioses intentando recuperar el fuego. Fué entonces cuando Zeus, padre de los Dioses, lo castigó manteniéndolo atado en lo alto de una montaña donde un águila le devoraba las entrañas, como símbolo de lo mal que lo hizo ayudando al género humano. Recordemos pues ese refrán que dice: "Cría cuervos y te sacarán los ojos".
Mª HELENA RUÍZ MORENO
Érase una vez un mar tranquilo de color azul intenso. El horizonte se dibujaba en una línea y cientos de gabiotas lo sobrevolaban. De pronto, unas pequeñas olitas alteraban el paisaje.
Una chica estaba sentada en la arena, la cual humedecía con miles de lagrimas. No estaba sola...
A lo lejos un jinete aparecía montado en un caballo blanco que se detuvo al llegar al lado de la mujer:
- ¿Que te pasa bella flor? Preguntó el jinete.
- Mi papá ha muerto, dijo ella.
- Súbete a mi alazán, le respondió el.
Ella como por un impulso interior y ayudada por el jinete, subió al caballo que se llamaba "Aventura".
Él la abrazó y la besó dulcemente en los labios. Y así fue como cabalgaron por la orilla del mar abrazados hacia la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario