Londres nadaba y Laura quería salir. Le pidió a Blanca, su madre, permiso y contenta salió a la calle.
Chapoteaba y la lluvia no la entristecía. Lara pensó que aquella mañana llovía amor. Empapada y de regreso se encontró con David, su papá, que regresaba del trabajo; lo abrazó, zalamera, y le susurró al oído: “quiero volver a España”- El papá sonrió y, abrazándola, le dijo que irían a Murcia para Semana Santa. La inglesita le dio un beso y dijo: “gracias, así veremos el sol y a mis amigos españoles. A los abuelos y a mi tía preferida.”Contenta regresó a casa pensando en la Semana Santa Murciana.
María Helena Ruiz Moreno
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