Tras eso, nos fuimos a andar y a hacer senderismo y de paso estiramos un poco las piernas. Paramos un rato para hacer juegos con la pelota (el mate, el juego de las sillas pero a nuestra manera y juegos de orientación) jugamos todos los compañeros y un pequeño amigo nuevo: el perrito de nuestro voluntario Leandro, que lo cuidamos muy bien todo el dia.
Una vez hicimos hambre, comimos a la sombra de los pinos compartiendo algunas cosas que habíamos llevado y para hacer bien la digestión, descansamos un ratito y nos fuimos al bar a tomarnos un café descafeinado o un helado los más golosos. Allí nos contamos chistes y acertijos y también pudimos ser testigos de que, no muy lejos de donde estabamos, se estaba produciendo un incendio en el monte y, tras saber que estaba controlado, nos tranquilizamos. Cuando se hizo la hora de volver, cogimos el autobús para volver a casa y con ello terminaba nuestro divertido dia en la Fuensanta.
Pedro Ángel
Andrés
Manolo
Puri
Rafa Galvez
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