EL VALOR DE LA AMISTAD

EL VALOR DE LA AMISTAD
ENTRE TODOS/AS NOS PODEMOS AYUDAR MUCHO

Creo en el valor de las personas, en el gran valor personal de cada ser humano. Todos y cada uno de nosotros, tenemos muchas más virtudes, y muchas más cosas buenas, de las que imaginamos. También todos tenemos nuestras propias limitaciones; y debemos respetarlas y no sobrepasar el límite, ni excedernos demasiado en lo que hacemos; pues eso sería ir en contra de nosotros mismos.
Nadie es perfecto, nadie es imprescindible, pero todos somos importantes. Quien tiene un amigo, tiene un tesoro; al amigo o la amiga, no lo busques perfecto, búscalo AMIGO.
La amistad siempre presta a fondo perdido, y sin intereses. La amistad "interesada" no es nunca una verdadera amistad. Las amistades por el interés solamente, no son buenas ni verdaderas amistades.

Todos nos podemos ayudar mucho, y nos debemos ayudar mucho. La comprensión, la tolerancia, la bondad, la generosidad y la solidaridad, son cada vez más esenciales e importantes en el mundo actual. Pero, de todas formas, nadie nos puede obligar a practicar semejantes virtudes. O estas virtudes parten y nacen de una voluntad libre, o no existen.
La libertad de la mente y del corazón son esenciales. Ante todo debemos ser siempre nosotros mismos, y andar cada uno nuestro propio y personal camino. "Conócete a ti mismo", decían en la antigua Grecia. Si nos conocemos a nosotros mismos de verdad, podremos llegar a ser quienes queremos ser (y quienes hemos nacido para ser). Si no reflexionamos nunca, y nunca estamos con nosotros a solas, y no nos conocemos, tanto en soledad como en compañía, nunca llegaremos a ser quienes somos en realidad. Solamente el que es capaz de vivir sólo, es capaz de ser verdaderamente acompañado. Sólo en que confía en sí mismo, despertará la ajena confianza. Sólo quien sea su propio mejor amigo, será apreciado y acompañado. Sólo el que es susceptible de dar amor, es susceptible de recibir amor, y sólo se puede amar aquello que se conoce. Para amar necesitamos conocer. Para querernos a nosotros mismos de verdad, necesitamos conocernos a nosotros mismos de verdad. Y una vez que seamos cada uno como somos, compartamos nuestra vida y nuestro camino con los demás. Una vez que averiguemos nuestra última e irrebatible verdad, nos querremos y amaremos tanto que seremos también capaces de compartir ese amor con los demás. Nadie pude dar lo que no tiene. Sólo el que escucha su nombre pronunciado en la voz de un amigo, sabrá quién es él en realidad, o sea, quién es el para los demás.
Los solitarios no son buenos, no es posible que sean, no tienen porqué serlo.
Para encontrarnos a nosotros mismos, debemos buscarnos, en soledad, y también con los otros. Si no tenemos amigos, si no confiamos en nadie, nunca nos sentiremos amados, queridos, estimados, respetados, comprendidos, unidos a los demás...
Tener amigos es mucho más importante de lo que nos creemos. Los amigos son quienes nos hacen ser como somos, todo lo buenos que podemos llegar a ser.
Confiemos, no desconfiemos tanto de los demás. Hay que abrirse a los demás, al mundo y a la vida para encontrarnos de verdad con nosotros mismos.

( Inspirado en Antonio Gala)

LUIS FRANCISCO BLAS
23/11/11