miércoles, 14 de noviembre de 2012

LA NIÑA, LA MADRE Y LA ABUELA




 LA NIÑA, LA MADRE Y LA ABUELA


      La niña al despertar se levantó y posó su mano en el dintel de la ventana. Entraba mucha luz a la habitación, que era la consecuencia del intenso sol que brillaba en el exterior. de pronto entró su madre y uniéndose a ella en la ventana le hizo observar las hojas tan verdes que tenía el árbol que crecía en el jardín.

      La casa era pequeña pero muy coqueta toda blanca y  las ventanas y las puertas teñidas de azul. En ella vivían las dos con un perro y su gato a los que querían mucho, una especie de amor fuerte pero diferente al que sentía la una por la otra. El salón de estar de la casa, se conectaba con la cocina. Cada animal tenía su cestita para dormir y el  cuenco de comida y de agua eran los mismos para los dos, allí también  la madre y la niña en su mesa redonda hacían alguna de sus tareas diarias, y la niña estudiaba con lo que estaba a mano su mochila del colegio, que contenía sus libros, un estuche de lápices, y borrador y también llevaba un regalito que su padre le había hecho antes de morir, y en el que siempre escribía sus pensamiento y las cosas importantes  que le sucedían. La madre tenía sus cosas de costura y con ellas trabajaba cuando las tareas de la casa se lo permitían. Tenían allí también un pequeño televisor que suponía  para ellos entretenimiento y también una ventana al exterior. En este veían cosas tan variadas como películas de indios y vaqueros, concursos y programas informativos como “el del primer astronauta que piso la luna”.
      En la planta baja había incluso un baño y un recibidor. En este último estaban sofocados en un perchero las chaquetas y los paraguas y debajo en el suelo las botas que hacían falta para salir al jardín o para cuando llovía. Estaba también la bicicleta de la niña que utilizaba para pasear o para hacer los recados a su madre en las tiendas del pueblo. En la planta superior estaban las habitaciones de ellas y otro baño.
      El día que era muy alegre se estropeo de pronto, se lleno todo el cielo de nubes negras, relámpagos y una lluvia tremenda que dejo todo el jardín inundado. Este día era  el cumpleaños de la niña, la madre le tenía preparados varios regalos y uno que le había enviado su abuela.
La madre le regalo, de la tienda que a la niña más le gustaba un vestido veraniego y unas sandalias. Y su abuela le había enviado un biquini azul con preciosas lunas blancas.
      Aunque en el lugar donde vivían el verano era frío, ellas se trasladaban a otro continente para las vacaciones, el avión les llevaría  allí donde el verano era lleno de luz y brillaba el sol y las noches eran claras con el cielo lleno de estrellas y una luna perfectamente visible.

PURA M. CASTILLO

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